Reseña: Jane Eyre

¡Hola! hoy les traigo la reseña de un libro que tenia pendiente desde hace mucho tiempo. Se trata de:

Título: Jane Eyre

Autor: Charlotte Brontë

Páginas: 501

Sinopsis:

La vida de Jane Eyre da un vuelco tras la muerte de su padre. Acogida en casa de su tía y sus primos, sufrirá maltrato físico y psicológico hasta ser enviada al siniestro internado Lowood, donde vivirá una experiencia de miseria y privaciones. Ya adulta, comienza a trabajar como institutriz en Thorfield Hall, “que en inglés significa "campo de espinos". Allí conocerá el amor del señor Rochester, tutor de la niña a la que ella enseña. Pero el señor Rochester tiene un pasado oscuro,… un pasado que tiene que ver con el lugar donde viven. Cuando Jane descubra el secreto que se esconde en el ático de la mansión, su vida no volverá a ser la misma. En Jane Eyre, Charlotte Bronte demostró una capacidad insólita para describir los sentimientos de los personajes. Considerada una de las primeras novelas feministas, esta obra magistral da origen a una gran tradición de mujeres fuertes, capaces de enfrentarse a un destino adverso y de tomar las riendas de su vida.

Este libro era uno de mis eternos pendientes. Desde hace mucho quería leerlo pero por una cosa o la otra siempre lo posponía.

La historia ya la conocía porque he visto todas las adaptaciones que se han hecho de ella y como las he disfrutado  tanto, una parte de mí siempre quiso ir a la fuente y leerla. El libro esta contado en primera persona por nuestra protagonista Jane  y a lo largo de este nos narra su vida. Para mí podríamos dividirlo en cuatro partes:

En la primera conocemos a una huérfana Jane que tras la muerte de sus padres debe vivir con unos parientes. Ella queda al cuidado de su tío el Sr. Reed pero al morir este su esposa debe hacerse cargo de la niña. La Sra. Reed no siente afecto alguno por la jovencita y siempre la deja a  un lado haciendo gran diferencia entre ella y sus hijos. Además de la indiferencia de su tía, Jane debe soportar los maltratos de su malcriado primo mayor que no duda ni un segundo en insultarla y golpearla.

En la segunda parte podemos ver a Jane cuando asiste al orfanato escuela Lowood  y como su vida cambia por completo, porque si bien sufre privaciones allí siente que ha encontrado una especie de hogar.

En la tercera parte vemos a una Jane de 18 años que toma un trabajo de institutriz. Ella se traslada a Thornfield Hall   para trabajar para el señor Edward Rochester educando a su pupila Adèle. Allí al igual que le paso en el instituto encontrara un lugar donde sentirse a gusto y entablara  amistad con su señor.

Por ultimo vemos a Jane partir de Thornfield Hall  y pasar un tiempo con la  familia Rivers.

Jane es una joven decidida con pensamientos adelantados para su época. Es inteligente, independiente y un poco rígida en algunos aspectos.  Y si bien tuvo una infancia difícil,  sobre todo en el tiempo que paso con su tía no dejo que esto la marcara.

Rochester es un hombre un poco brusco y tosco. Mantiene ciertos secretos que hacen que viva con un dejo de resentimiento. El comportamiento  de Rochester me sacaba de quicio a veces pero en esta ocasión lo voy a dejar pasar por el hecho de la época en que se encuentra narrada la historia, si hubiera sido un libro contemporáneo no sería tan tolerante. 

El libro tiene un toque de misterio ya que ciertas cosas inusuales suelen suceder en Thronfield Hall haciendo que Jane se pregunte qué cosas le están ocultando. 
Si bien en algunas partes se me hizo largo, el libro lo disfrute mucho.  Y creo que es uno de los muchos clásicos que no debemos perder la oportunidad de leer.  

Puntos: 4,5/5 ☆

“Nadie tiene derecho a mandar en mi voluntad.”

“Se supone que las mujeres aspiran a la calma, pero lo cierto es que hombres y mujeres comparten iguales sentimientos y aspiraciones. Ellas, al igual que sus hermanos, también necesitan poner en práctica sus talentos y contar con un campo en el que concentrar sus esfuerzos. Las rígidas represiones y el estancamiento absoluto les producen el mismo dolor que a los hombres, y resulta patético que esos compañeros más privilegiados las enclaustren en el hogar a cocinar pasteles, zurcir medias, tocar el piano o a bordar. Y es injusto criticarlas o reírse de sus esfuerzo por llegar más lejos, por aprender cosas que las costumbres les han negado por considerarlas innecesarias para las de su sexo.”

“No soy ningún pájaro ni estoy atrapada en red alguna. Soy un ser humano con voluntad propia…”